Para los próximos 7 años se prevé que el mundo del trabajo cambiará tan radicalmente como lo hizo el mundo de las comunicaciones personales 10 años atrás.

Sin lugar a dudas estamos frente a la Cuarta Revolución Industrial, la Industria 4.0, que posiciona tecnologías emergentes en la vanguardia a un ritmo rápido y nunca antes experimentado, así como transforma el tipo de trabajo y la forma en que se llevan a cabo las distintas tareas.

Frente a los nuevos escenarios que ya están configurándose en el mercado, el modelo de una carrera constante y estable ha quedado obsoleto. Hoy más que nunca quienes quieran ingresar o permanecer en el mercado laboral deberán construir su carrera – o repensarla – en torno al aprendizaje permanente.

El promedio de vida útil de las habilidades es cada vez más corto.

Hasta hace unos años, sólo algunas profesiones requerían actualización continua. Hoy, se espera que cualquier trabajador aprenda y desarrolle nuevas habilidades y herramientas, lo cual genera la necesidad de mantenerse actualizado para ser competitivo en el mercado laboral.

De acuerdo a los resultados de la encuesta de Deloitte Millennials Survey 2018, para los millennials las oportunidades de aprender y desarrollarse constituyen un factor primordial al momento de considerar un trabajo.

En este sentido, muchas organizaciones han comenzado a rediseñar sus estrategias de carrera, fomentando y apoyando los esfuerzos de los empleados por reinventarse permanentemente.

¿Cuáles son las habilidades más demandadas?

La fluidez tecnológica y el manejo avanzado de datos son requisitos esenciales para transitar exitosamente esta 4ª Revolución Industrial.

Asimismo, el entendimiento básico de tecnología, ingeniería, matemática (entre otras áreas) cobra día a día más relevancia. Sin embargo, las tareas basadas en dichas disciplinas son vulnerables a la automatización. ¿Implica esto que las personas, aun cuando posean un vasto dominio técnico en estas áreas, serán desplazadas por máquinas?

Desde la perspectiva de Deloitte, la irrupción de la Inteligencia Artificial y de las nuevas tecnologías sólo reemplazará el trabajo rutinario, tareas dentro de procesos, pero no podrá sustituir ni automatizar las habilidades que son exclusivamente humanas, tales como la creatividad, la resolución de problemas complejos, la inteligencia emocional, la empatía, el pensamiento crítico.

Los resultados de la encuesta de Deloitte Millennials Survey 2018 son elocuentes, más del 50% de los encuestados cree que la Industria 4.0 aumentará su trabajo, permitiéndoles enfocarse más en el trabajo creativo, “humano” y de valor agregado.

Lo cierto es que hay una demanda creciente de talento que combina habilidades técnicas con habilidades sociales y cognitivas, entre las que se destacan la innovación, la persuasión, la colaboración y la adaptabilidad.

Por otra parte, los desafíos de la Industria 4.0 también tienen impactos significativos a la hora de liderar efectivamente en las organizaciones de hoy. Los líderes juegan un papel fundamental en comprender las preferencias laborales de los integrantes de sus equipos y guiar el desarrollo de su carrera. La retroalimentación en tiempo real, el coaching, el aprendizaje incorporado a las labores diarias y las oportunidades de crecimiento flexible son esenciales en esta nueva era.

En este marco, el gran diferencial de cualquier trabajador se encuentra en su capacidad de reinvención permanente, en su iniciativa constante por trabajar para “aprender de por vida” y desarrollar tanto las habilidades técnicas como las comportamentales.

¿Cómo pueden las organizaciones construir modelos de carrera que impulsen el aprendizaje continuo?

Aún cuando el desarrollo de cursos específicos y clases presenciales sigue siendo una opción efectiva, la clave está en generar instancias de capacitación flexibles e integradas al trabajo.

Las tecnologías de aprendizaje y desarrollo han experimentado un gran crecimiento en los últimos años, lo cual facilita el tipo de propuesta de aprendizaje interno que las organizaciones pueden ofrecer a sus integrantes.

Entre las mejores prácticas se destaca la inversión en grandes bibliotecas de contenido abiertas a todos los colaboradores, la creación de programas de aprendizaje que permitan el desarrollo de habilidades híbridas (pensamiento de diseño, visualización, gestión de proyectos, resolución de problemas, etc.), programas de desarrollo del liderazgo basado en esquemas de pensamiento donde los líderes aprenden en base a las experiencias de líderes expertos, entre otros.

Sea cual sea la opción que se utilice, el aprendizaje debe ser continuo y ha de estar incorporado al trabajo diario, brindando a los individuos la oportunidad de reinventarse a medida que la organización se adapta al entorno.

¿Qué propone Deloitte?

Las expectativas, las necesidades y las demandas de las organizaciones y el talento están evolucionando más rápido que nunca. En Deloitte, estamos acompañando a las organizaciones a dar respuesta a estos cambios dinámicos, a rediseñar activamente sus estrategias de aprendizaje, repensar sus modelos de trabajo y preparar a la fuerza laboral para el futuro.

Contacto: Lucia Muñoz; Gerente Senior Capital Humano

Por más información consulte: www.deloitte.com.uy