El verano es sinónimo de vacaciones, pero muchas veces, también es sinónimo de estudio. Materias pendientes de aprobación, exámenes de febrero … ¡Mucho por hacer en muy poco tiempo!. ¿Cómo hacer para maximizar lo que estudiamos y así tener tiempo para disfrutar del verano?

Ambiente: Antes de comenzar, es importante elegir muy bien el lugar donde vas a estudiar. Estudiar siempre en el mismo sitio, fomenta el hábito de estudio. Elige un lugar lo más aislado posible, para no tener interrupciones en el período destinado al estudio. Si el entorno te distrae, opta por una biblioteca o salón de estudios que te permita la máxima concentración. Es importante que tengas en cuenta la iluminación (preferentemente natural) así como la ventilación y adecuada temperatura del lugar; distintas investigaciones realizadas al respecto señalan que la temperatura ideal para la actividad mental oscila entre los 17 y los 22 grados. Valores por encima o por debajo de ese rango producen efectos indeseables, sobre todo cuando su influencia permanece en periodos largos, por eso no es óptimo estudiar al aire libre durante el verano, cuando la temperatura supera este rango.

Horario: ¿Conoces tu biorritmo? ¿Eres más productivo en la mañana o en la tarde? ¿Te gusta estudiar de noche y es cuando obtienes mejores resultados? Es fundamental que tengas claro esto, para poder organizar tus horarios de estudio en base a estas condicionantes, siempre que tus actividades laborales o las clases así te lo permitan. Recuerda que si bien la noche tiene su encanto, alterar el ritmo sueño-vigilia puede tener consecuencias negativas para tu salud y te tornará mucho menos productivo.

Material: Organiza todo el material para la sesión de estudio. Procura tener los apuntes, libros, resúmenes, ejercicios y todo lo que requieras para abordar el tema elegido.  Si utilizas computadora o necesitas de la impresora, prepara todo con anticipación y asegurate de que funcione correctamente. Esto te evitará interrupciones innecesarias, que solo van a desconcentrarte y desviarte del foco de atención. Si te es posible, deja listo también los alimentos que vas a consumir durante las horas de estudio, así como suficiente cantidad de agua fresca, frutas u otros elementos que vayas a ingerir, para evitar también estas distracciones e interrupciones durante tu tiempo de máxima concentración.

Planificación: Prepara un cronograma con metas claras sobre lo que debes afrontar en cada sesión de estudio. Selecciona los temas a estudiar o los ejercicios a realizar, y trata de apegarte a dicho esquema. No seas excesivamente ambicioso con tus metas, pues si nunca logras cumplirlas, solo sentirás frustración. Trata de reservar tiempo libre durante el día para actividades sociales, deportivas o recreativas. El balance entre estudio y diversión, te ayudará a ser más productivo, pero cuidado, debes apegarte al cronograma diseñado para poder llegar en tiempo y forma a las metas pactadas.

Mantenete saludable: Mantener una correcta una alimentación, hidratación y descanso, son claves para obtener el máximo resultado de tus jornadas de estudio. Si bien el mate o el café pueden ser estimulantes, solo simulan un estado de concentración, que pasado su efecto, genera la sensación contraria. Procura beber abundante líquido, así como tomar unos cinco minutos de relax por cada hora de estudio.

El mayor desafío: decir NO al celular

A la hora de concentrarnos, el celular es nuestro principal enemigo hoy día. Haz la prueba de estudiar una hora con el celular apagado y lejos del área de estudio, así te darás cuenta de los resultados que puedes obtener. En caso de estudiar en una pc con internet, mantené cerradas todas las aplicaciones o programas que puedan generarte distracciones.¡Si logras renunciar al celular por algunas horas, seguramente obtendrás resultados superiores en mucho menos tiempo!