Te duele cuando la gente piensa que porque sos emprendedora trabajas menos que otros

#8M

Luciana Gagliano

Fundadora de “Velvet Roses”

“Después de muchos años de dedicarme a la maternidad no fue fácil el retorno al ámbito laboral. Por temas de tiempos, me pareció la mejor opción un emprendimiento propio, para poder compaginar la ecuación trabajo – hijos.

“De esta manera me puedo amoldar a los tiempos y actividades de ellos y puedo dedicarle las horas necesarias a mi empresa, sacándole el mayor jugo posible, sin horario ni calendario”.

Ellos me ayudan en todo y ven el esfuerzo diario, entienden perfectamente que vender rosas es el trabajo de mamá, y colaboran muy contentos con este proyecto.

No fue fácil conseguir los recursos necesarios para iniciar el emprendimiento. No tenía el respaldo financiero para gestionar un préstamo, creo que esto es algo bastante común en las mujeres. Muchas veces los créditos, garantías, propiedades, etc., están a nombre de nuestros maridos, entonces para la plaza financiera “no existís”. Tampoco quería comprometer el patrimonio familiar en un proyecto que tenía un nivel de riesgo alto, así que traté de conseguir este pequeño “capital de riesgo” con mi entorno cercano.

Creo que otro de los desafíos, es que tu emprendimiento se visualice como algo “serio”, que se entienda que es un trabajo, como cualquier otro. Muchas veces tu propia familia o los amigos tienen la sensación de que como sos emprendedora, no trabajas, o trabajas menos que si estuvieras 8 horas en una oficina, y no es así, cuando emprendes, trabajas las 24 horas, los 7 días de la semana, porque tu cabeza no para, y además tenes miles de frentes para atender.

Velvet Roses es un proyecto muy desafiante. Importamos y vendemos rosas eternas, que era un concepto nuevo en Uruguay. Me encargo de todo. Tengo que hacer los pedidos a los proveedores, que son todos del exterior, hacer las gestiones de importación, ir a buscar la mercadería, preservarla en condiciones super cuidadas para que el producto mantenga la calidad esperada; y eso pensando sólo en la logística digamos. Un punto clave para mi, y de lo que mas me gusta, es justamente el diseño de los productos que vamos a vender. Pensar en los tipos de arreglos, decoraciones, y luego llevar todo eso a la realidad, es super desafiante. Se trata de un servicio muy personalizado y diría que muy “artesanal”. Cuando diseño un nuevo producto me encargo de diseñar las cajas o envases, las mando a imprimir, las armo, preparo, y cuido todos los detalles hasta que llegan al cliente final. Otro punto muy importante en mi negocio, es justamente la comunicación. Pensar el logo de la empresa, mantener la página web, actualizar las redes sociales, buscar un punto de e-commerce para potenciar las ventas; todo eso también lo hago yo. Por mi estructura de costos, no es fácil tercerizar o buscar ayuda externa, entonces mi familia me apoya y me ayuda en todos estos procesos, en el día a día.

Por eso lo remarco, cuando el entorno te hace comentarios del tipo “vos que tenes tiempo”, o “vos que no tenes horarios”, te duele, porque la verdad es que trabajo miles de horas, con mucho placer, pero cada día dejas toda tu energía para que las cosas funcionen.

Creo que en nuestro país, no hay demasiadas facilidades para las nuevas emprendedoras, la mayoría no cuenta con un respaldo económico para iniciar el emprendimiento, y no es fácil ponerlo en marcha.

Lo más importante es animar a las mujeres a que emprendan, que hagan lo que les gusta, si bien es más difícil las horas no pesan y las satisfacciones son mayores que en otro tipo de trabajos”.

 

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Te duele cuando la gente piensa que porque sos emprendedora trabajas menos que otros

#8M

Luciana Gagliano

Fundadora de “Velvet Roses”

“Después de muchos años de dedicarme a la maternidad no fue fácil el retorno al ámbito laboral. Por temas de tiempos, me pareció la mejor opción un emprendimiento propio, para poder compaginar la ecuación trabajo – hijos.

“De esta manera me puedo amoldar a los tiempos y actividades de ellos y puedo dedicarle las horas necesarias a mi empresa, sacándole el mayor jugo posible, sin horario ni calendario”.

Ellos me ayudan en todo y ven el esfuerzo diario, entienden perfectamente que vender rosas es el trabajo de mamá, y colaboran muy contentos con este proyecto.

No fue fácil conseguir los recursos necesarios para iniciar el emprendimiento. No tenía el respaldo financiero para gestionar un préstamo, creo que esto es algo bastante común en las mujeres. Muchas veces los créditos, garantías, propiedades, etc., están a nombre de nuestros maridos, entonces para la plaza financiera “no existís”. Tampoco quería comprometer el patrimonio familiar en un proyecto que tenía un nivel de riesgo alto, así que traté de conseguir este pequeño “capital de riesgo” con mi entorno cercano.

Creo que otro de los desafíos, es que tu emprendimiento se visualice como algo “serio”, que se entienda que es un trabajo, como cualquier otro. Muchas veces tu propia familia o los amigos tienen la sensación de que como sos emprendedora, no trabajas, o trabajas menos que si estuvieras 8 horas en una oficina, y no es así, cuando emprendes, trabajas las 24 horas, los 7 días de la semana, porque tu cabeza no para, y además tenes miles de frentes para atender.

Velvet Roses es un proyecto muy desafiante. Importamos y vendemos rosas eternas, que era un concepto nuevo en Uruguay. Me encargo de todo. Tengo que hacer los pedidos a los proveedores, que son todos del exterior, hacer las gestiones de importación, ir a buscar la mercadería, preservarla en condiciones super cuidadas para que el producto mantenga la calidad esperada; y eso pensando sólo en la logística digamos. Un punto clave para mi, y de lo que mas me gusta, es justamente el diseño de los productos que vamos a vender. Pensar en los tipos de arreglos, decoraciones, y luego llevar todo eso a la realidad, es super desafiante. Se trata de un servicio muy personalizado y diría que muy “artesanal”. Cuando diseño un nuevo producto me encargo de diseñar las cajas o envases, las mando a imprimir, las armo, preparo, y cuido todos los detalles hasta que llegan al cliente final. Otro punto muy importante en mi negocio, es justamente la comunicación. Pensar el logo de la empresa, mantener la página web, actualizar las redes sociales, buscar un punto de e-commerce para potenciar las ventas; todo eso también lo hago yo. Por mi estructura de costos, no es fácil tercerizar o buscar ayuda externa, entonces mi familia me apoya y me ayuda en todos estos procesos, en el día a día.

Por eso lo remarco, cuando el entorno te hace comentarios del tipo “vos que tenes tiempo”, o “vos que no tenes horarios”, te duele, porque la verdad es que trabajo miles de horas, con mucho placer, pero cada día dejas toda tu energía para que las cosas funcionen.

Creo que en nuestro país, no hay demasiadas facilidades para las nuevas emprendedoras, la mayoría no cuenta con un respaldo económico para iniciar el emprendimiento, y no es fácil ponerlo en marcha.

Lo más importante es animar a las mujeres a que emprendan, que hagan lo que les gusta, si bien es más difícil las horas no pesan y las satisfacciones son mayores que en otro tipo de trabajos”.

 

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