#RECRUITERS. En una nueva edición de Recruiters Forum, Marcelo Mazzilli y Diego Sastre compartieron su experiencia en compartir el talento, en vez de apostar desesperadamente a retenerlo.

Marcelo Mazzilli

Invitando a la reflexión

En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.

– “¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año?” preguntó el reportero.

– “Verá usted,” dijo el agricultor, “el viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz, debo ayudar a que mi vecino también lo haga”

“Hoy las organizaciones se sustentan en 3 elementos fundamentales: las personas, los modelos de negocio y la tecnología. Nuestra presentación se va a enfocar en las personas dentro del rubro de empresas del sector tecnológico”.

Así iniciaba la presentación de Marcelo Mazzilli (CEO de AT Innovando Juntos) y Diego Sastre (CEO de Pysix) en Recruiters Forum, el evento que reúne a la comunidad de Gestión Humana para conversar sobre Employer Branding y Reclutamiento Estratégico, y que este año abordó el tema de la Transformación Digital desde la perspectiva humana y organizacional.

Diego Sastre

“Los invitamos a revisar primero el contexto general en el que se encuentran estas empresas. Estamos en el centro de una nueva revolución industrial. En este contexto, uno de los desafíos más importantes es el de atraer, retener y desarrollar el talento. Para lograrlo, las empresas de tecnología nos volvimos expertas en el desarrollo de culturas organizacionales que propicien espacios de trabajo atractivos para sus integrantes. En el intento de comprender a los equipos, y de generar y promover el talento, se ha desarrollado mucho conocimiento sobre las características sociales de las nuevas generaciones. ¿Qué aspecto se destaca? Que hoy las personas buscan organizaciones con propósitos valiosos que las motiven, así como integrales que cuiden el equilibrio entre su vida privada, trabajo, desarrollo personal, esparcimiento, etc. A esto se suma la necesidad de encontrar culturas con valores y principios sólidos.

Este desarrollo es imprescindible y pautará el nivel de madurez que pueda tener una organización en particular. Podríamos pensar que la fórmula está resuelta. Sin embargo, sigue siendo muy difícil retener el talento. Estamos lejos de resolver el problema que, de hecho, tiende a agravarse. Las personas viajan, motivados por la posibilidad de trabajar en cualquier parte del mundo, buscan nuevos emprendimientos que los llenen en determinados momentos de su vida, se mueven en busca de mayor formación y conocimiento, etc. Dada esta realidad el movimiento de las personas en las empresas TICs sigue en aumento, desafiando y poniendo en riesgo las inversiones en capacitación y logísticas de los desarrollos empresariales y finalmente la propia continuidad de los negocios.

¿Qué hacer frente a esta realidad?

Tal vez una forma de verlo podría ser aplicar el modelo del agricultor de nuestra metáfora del inicio. Dejemos de luchar por retener el talento y empecemos a compartirlo.

¿De qué estamos hablando?

De algo que nos gusta describir como “tejer la trama”.

¿Cómo lo hacemos?

Desarrollando alianzas, creando comunidades, armando ecosistemas de colaboración y muchas otras variantes que comienzan a aparecer.

En nuestra experiencia, una primera etapa fue realizar alianzas entre empresas colegas, de 1 a 1. Luego nos animamos a hacerlo entre varias y, más tarde, incluimos a organizaciones internacionales. Esto va desarrollando un tejido de colaboración y sinergia, donde el talento va encontrando su movilidad y desarrollo. Quien quiere buscar nuevos horizontes tendrá su hilo para tirar hacía allí, quien busque emprender podrá hacerlo con respaldo dentro de un ecosistema, quien prefiera el desarrollo académico también será bienvenido posiblemente integrando una comunidad de desarrollo e investigación.

Estamos convencidos que hay que integrarse al talento y no pretender retenerlo, dejarlo libre, permitirle tejer tramas nuevas, generar sinergia, en suma, ser el agricultor y compartir la semilla”.

De esta manera, Mazzilli y Sastre dieron cierre a una presentación disruptiva. Se trata de dos empresas de tecnología que tradicionalmente competirían por servicios y talento. Pero que apostaron a convertir esa competencia en lo que ellos denominan “coopetencia”, a través de la colaboración y la sinergia. Encontraron una fórmula de éxito para vender mejores servicios y también para desarrollar su talento. A través de las alianzas y la cooperación, logran ampliar las posibilidades de crecimiento de sus integrantes, promueven la fidelización y evitan los típicos mecanismos forzados de retención, de los que tanto hemos oído en los últimos tiempos.