El auge de las empresas sociales en Iberoamérica.

La SEGIB (Secretaría General Iberoamericana) e IE University realizaron un informe sobre el auge de las empresas sociales en Iberoamérica.

Cuarto Sector

Las empresas sociales son aquellas que no sólo persiguen el fin de lucro a cualquier costo, sino que buscan tener un impacto social y medioambiental positivo. Pertenecen a un nuevo espacio denominado Cuarto Sector, que combina lo mejor de los tres sectores tradicionales (privado, público y sin ánimo de lucro) para tratar de resolver los grandes problemas del siglo XXI, como la pobreza, la inequidad y el cambio climático. En tal sentido, se convierten en un elemento clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible contenidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

El informe titulado “Las empresas con propósito y el auge del Cuarto Sector en Iberoamérica” presenta interesantes resultados sobre la evolución de las mismas y las importantes transformaciones que estas organizaciones están generando en diversos aspectos de la economía y la sociedad.

La situación de Iberoamérica

El mencionado informe fue presentado en Madrid (España) el pasado 8 de mayo y revela que las empresas sociales no sólo han ganado terreno en la economía de Iberoamérica, sino que además muestran un desarrollo similar al de otras partes del mundo.

Según el estudio realizado en siete países (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Portugal y España), que suman más del 87% del Producto Interno Bruto (PIB) regional, Iberoamérica ya cuenta con unas 170.000 empresas sociales que emplean a casi 10 millones de trabajadores al año. Vale destacar que estas compañías representan más del 6% del PIB iberoamericano, un porcentaje cercano al 8% que registran la Unión Europea, Canadá y Australia.

El auge de las empresas sociales ocurre en un momento en que la población de Iberoamérica se muestra cada vez más preocupada por los problemas medioambientales y sociales. Una encuesta realizada por la SEGIB en 11 países de la región (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, España, México, Panamá, Perú y Portugal) revela que el cambio climático les inquieta a los iberoamericanos casi tanto como la desigualdad (68% y 75%, respectivamente).

El rol del Estado

El informe destaca que los gobiernos de la región son cada vez más conscientes de la necesidad de respaldar a las empresas sociales: “Once países han adoptado o puesto en trámite nuevas leyes y marcos legales destinados a tipificarlas y apoyarlas”.

Sin embargo, el reporte advierte que el crecimiento de estas firmas se ve limitado por la carencia de un ecosistema adecuado, por lo que ofrece una serie de recomendaciones para cada una de las naciones analizadas.

La encuesta de la SEGIB también apunta en este sentido: más del 85% de los 3.550 iberoamericanos consultados cree que las empresas con un impacto socio-ambiental positivo deberían recibir más apoyo de los gobiernos (por ejemplo: ayudas, exenciones impositivas o acceso a contratos públicos).

Al mismo tiempo el 91% piensa que, si el sector privado no cambia su forma de actuar, las próximas generaciones vivirán peor que sus padres, y el 50% opina que el principal objetivo de toda compañía debería ser mejorar la vida de sus colaboradores y sus clientes.

“Los ciudadanos nos están diciendo que el desarrollo sostenible, la desigualdad y el cambio climático no son asuntos sólo de los gobiernos, sino que además exigen un papel más activo de las empresas”, señaló la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan durante su presentación.

La SEGIB tiene un rol fundamental en la articulación de las mencionadas políticas, por lo cual el
informe y el sondeo de opinión sobre la situación y la percepción de las empresas sociales en Iberoamérica son un primer paso en ese camino.

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El auge de las empresas sociales en Iberoamérica.

La SEGIB (Secretaría General Iberoamericana) e IE University realizaron un informe sobre el auge de las empresas sociales en Iberoamérica.

Cuarto Sector

Las empresas sociales son aquellas que no sólo persiguen el fin de lucro a cualquier costo, sino que buscan tener un impacto social y medioambiental positivo. Pertenecen a un nuevo espacio denominado Cuarto Sector, que combina lo mejor de los tres sectores tradicionales (privado, público y sin ánimo de lucro) para tratar de resolver los grandes problemas del siglo XXI, como la pobreza, la inequidad y el cambio climático. En tal sentido, se convierten en un elemento clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible contenidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

El informe titulado “Las empresas con propósito y el auge del Cuarto Sector en Iberoamérica” presenta interesantes resultados sobre la evolución de las mismas y las importantes transformaciones que estas organizaciones están generando en diversos aspectos de la economía y la sociedad.

La situación de Iberoamérica

El mencionado informe fue presentado en Madrid (España) el pasado 8 de mayo y revela que las empresas sociales no sólo han ganado terreno en la economía de Iberoamérica, sino que además muestran un desarrollo similar al de otras partes del mundo.

Según el estudio realizado en siete países (Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México, Portugal y España), que suman más del 87% del Producto Interno Bruto (PIB) regional, Iberoamérica ya cuenta con unas 170.000 empresas sociales que emplean a casi 10 millones de trabajadores al año. Vale destacar que estas compañías representan más del 6% del PIB iberoamericano, un porcentaje cercano al 8% que registran la Unión Europea, Canadá y Australia.

El auge de las empresas sociales ocurre en un momento en que la población de Iberoamérica se muestra cada vez más preocupada por los problemas medioambientales y sociales. Una encuesta realizada por la SEGIB en 11 países de la región (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, España, México, Panamá, Perú y Portugal) revela que el cambio climático les inquieta a los iberoamericanos casi tanto como la desigualdad (68% y 75%, respectivamente).

El rol del Estado

El informe destaca que los gobiernos de la región son cada vez más conscientes de la necesidad de respaldar a las empresas sociales: “Once países han adoptado o puesto en trámite nuevas leyes y marcos legales destinados a tipificarlas y apoyarlas”.

Sin embargo, el reporte advierte que el crecimiento de estas firmas se ve limitado por la carencia de un ecosistema adecuado, por lo que ofrece una serie de recomendaciones para cada una de las naciones analizadas.

La encuesta de la SEGIB también apunta en este sentido: más del 85% de los 3.550 iberoamericanos consultados cree que las empresas con un impacto socio-ambiental positivo deberían recibir más apoyo de los gobiernos (por ejemplo: ayudas, exenciones impositivas o acceso a contratos públicos).

Al mismo tiempo el 91% piensa que, si el sector privado no cambia su forma de actuar, las próximas generaciones vivirán peor que sus padres, y el 50% opina que el principal objetivo de toda compañía debería ser mejorar la vida de sus colaboradores y sus clientes.

“Los ciudadanos nos están diciendo que el desarrollo sostenible, la desigualdad y el cambio climático no son asuntos sólo de los gobiernos, sino que además exigen un papel más activo de las empresas”, señaló la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan durante su presentación.

La SEGIB tiene un rol fundamental en la articulación de las mencionadas políticas, por lo cual el
informe y el sondeo de opinión sobre la situación y la percepción de las empresas sociales en Iberoamérica son un primer paso en ese camino.

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