Alimentación y Trabajo

La relación salud y trabajo es inseparable; nuestra salud puede potenciar o afectar nuestra forma de trabajar y nuestro trabajo puede deteriorar o contribuir a nuestra salud.

Dado que la alimentación es uno de los factores que impactan directamente en nuestra salud, es fundamental que la misma se adapte a la actividad laboral. Una correcta alimentación puede mejorar el rendimiento y reducir la fatiga, así como el descuido de la misma, ocasiona el efecto contrario.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) definen a la salud del trabajador como aquella que apunta a la promoción y al mantenimiento del más alto grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores, cualquiera sea su tipo de trabajo. En este contexto, la OMS incluye a la nutrición como una parte constitutiva de un ámbito laboral saludable y la OIT también ha reconocido la importancia de la alimentación desde su misma creación, a través de Programas como el de Promoción de la Salud y Bienestar para Trabajadores en el Lugar de Trabajo, entre otros.

Con el propósito de brindar una guía válida en tal sentido, la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular desarrolló el “Manual de alimentación para los trabajadores uruguayos”, considerando en particular el tiempo destinado a la alimentación dentro de la jornada laboral, así como el perfil sanitario de la población uruguaya, que presenta una importante presencia de enfermedades que se relacionan con la dieta, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la osteoporosis y algunos tipos de cáncer.

GUIAS ALIMENTARIAS

Según el mencionado manual, el gráfico representa los grupos básicos de alimentos recomendados para los uruguayos/as, los que incluyen los alimentos disponibles en Uruguay y de consumo habitual por parte de la población.

La Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular realizó un minucioso análisis sobre el tipo de alimentación más adecuado a cada tipo de trabajo. Si bien está claro cuánto mejora el rendimiento y el bienestar de los colaboradores que consumen dietas saludables y adecuadas a su situación particular, hay una gran diversidad que abarca desde el valor calórico suficiente si se trata de trabajadores de fuerza, o el aporte moderado de calorías en personas que realizan un trabajo con menor gasto físico.

“Todos requieren especial atención aunque en algunos existe mayor riesgo para la nutrición y la salud, como el trabajo nocturno, el trabajo dentro de cámaras de frío o aquellos expuestos a altos niveles de estrés intelectual. Es fundamental recordar que la condición básica es uno mismo, si es mujer u hombre, la edad, el estado de salud y el estado nutricional expresado por ejemplo en su peso corporal relacionado con su altura, a ello adecuar las recomendaciones será una forma de personalizar su alimentación”, resalta el manual.

LOS TRABAJOS SEDENTARIOS

Se recomienda cuidar la ingesta calórica pues no requieren un incremento extra de calorías

LOS TRABAJOS DE SOBRECARGA FÍSICA

En estos casos, en los que el estrés o desgaste es principalmente físico, la dieta debe contener cantidad suficiente de calorías como para compensar su gasto.

LOS TRABAJOS DE SOBRECARGA INTELECTUAL

Si el estrés es intelectual las necesidades de energía no están incrementadas.

LOS TRABAJOS EN HORARIO NOCTURNO Y AMBIENTES CERRADOS

Durante la noche el organismo tiene cambios importantes, disminuyendo su capacidad de respuesta a los estímulos en general porque funcionan más lentamente sus órganos y sistemas.

LOS TRABAJOS EN CONDICIONES CLIMÁTICAS ADVERSAS

En aquellos trabajos de exposición al frío las necesidades energéticas están incrementadas, en el caso de quienes están sometidos a altas temperaturas en su entorno laboral importa la reposición de líquidos. Los minerales se pueden reponer consumiendo caldos de verdura y jugos de frutas.

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Alimentación y Trabajo

La relación salud y trabajo es inseparable; nuestra salud puede potenciar o afectar nuestra forma de trabajar y nuestro trabajo puede deteriorar o contribuir a nuestra salud.

Dado que la alimentación es uno de los factores que impactan directamente en nuestra salud, es fundamental que la misma se adapte a la actividad laboral. Una correcta alimentación puede mejorar el rendimiento y reducir la fatiga, así como el descuido de la misma, ocasiona el efecto contrario.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) definen a la salud del trabajador como aquella que apunta a la promoción y al mantenimiento del más alto grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores, cualquiera sea su tipo de trabajo. En este contexto, la OMS incluye a la nutrición como una parte constitutiva de un ámbito laboral saludable y la OIT también ha reconocido la importancia de la alimentación desde su misma creación, a través de Programas como el de Promoción de la Salud y Bienestar para Trabajadores en el Lugar de Trabajo, entre otros.

Con el propósito de brindar una guía válida en tal sentido, la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular desarrolló el “Manual de alimentación para los trabajadores uruguayos”, considerando en particular el tiempo destinado a la alimentación dentro de la jornada laboral, así como el perfil sanitario de la población uruguaya, que presenta una importante presencia de enfermedades que se relacionan con la dieta, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la osteoporosis y algunos tipos de cáncer.

GUIAS ALIMENTARIAS

Según el mencionado manual, el gráfico representa los grupos básicos de alimentos recomendados para los uruguayos/as, los que incluyen los alimentos disponibles en Uruguay y de consumo habitual por parte de la población.

La Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular realizó un minucioso análisis sobre el tipo de alimentación más adecuado a cada tipo de trabajo. Si bien está claro cuánto mejora el rendimiento y el bienestar de los colaboradores que consumen dietas saludables y adecuadas a su situación particular, hay una gran diversidad que abarca desde el valor calórico suficiente si se trata de trabajadores de fuerza, o el aporte moderado de calorías en personas que realizan un trabajo con menor gasto físico.

“Todos requieren especial atención aunque en algunos existe mayor riesgo para la nutrición y la salud, como el trabajo nocturno, el trabajo dentro de cámaras de frío o aquellos expuestos a altos niveles de estrés intelectual. Es fundamental recordar que la condición básica es uno mismo, si es mujer u hombre, la edad, el estado de salud y el estado nutricional expresado por ejemplo en su peso corporal relacionado con su altura, a ello adecuar las recomendaciones será una forma de personalizar su alimentación”, resalta el manual.

LOS TRABAJOS SEDENTARIOS

Se recomienda cuidar la ingesta calórica pues no requieren un incremento extra de calorías

LOS TRABAJOS DE SOBRECARGA FÍSICA

En estos casos, en los que el estrés o desgaste es principalmente físico, la dieta debe contener cantidad suficiente de calorías como para compensar su gasto.

LOS TRABAJOS DE SOBRECARGA INTELECTUAL

Si el estrés es intelectual las necesidades de energía no están incrementadas.

LOS TRABAJOS EN HORARIO NOCTURNO Y AMBIENTES CERRADOS

Durante la noche el organismo tiene cambios importantes, disminuyendo su capacidad de respuesta a los estímulos en general porque funcionan más lentamente sus órganos y sistemas.

LOS TRABAJOS EN CONDICIONES CLIMÁTICAS ADVERSAS

En aquellos trabajos de exposición al frío las necesidades energéticas están incrementadas, en el caso de quienes están sometidos a altas temperaturas en su entorno laboral importa la reposición de líquidos. Los minerales se pueden reponer consumiendo caldos de verdura y jugos de frutas.

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